
Publicado 28 de octubre de 2016 16:48
El grupo de científicos a cargo de la restauración del Santo Sepulcro, buscan llegar a la roca original en la que, según la tradición, se colocó el cuerpo de Cristo.
El Santo Sepulcro es un lugar en Jerusalén considerado por varias religiones, entre ellas las principales iglesias cristianas, el lugar donde fue sepultado Jesús hace más de 2.000 años.
Para restaurar el lugar se tuvieron que poner de acuerdo las iglesias católica, ortodoxa griega y armenia en la forma de financiar los US$3,3 millones que cuesta el proyecto.
«Será un análisis científico largo, pero finalmente seremos capaces de ver la superficie de la roca original en la que, según la tradición, se colocó el cuerpo de Cristo». Ese es el principal objetivo del equipo de científicos que esta semana destaparon por primera vez en siglos lo que se considera la tumba de Jesús, según comentó Fredrik Hiebert, arqueólogo de la National Geographic Society, uno de los miembros del grupo.
La tumba, ubicada en la Iglesia del Santo Sepulcro en la Ciudad Vieja de Jerusalén -considerado el lugar más sagrado para la Cristiandad-, estaba cubierta, al menos desde 1555, por un revestimiento de mármol que fue destapado por el grupo.
«El revestimiento de mármol de la tumba ha sido retirado, y nos sorprendió por la cantidad de material de relleno debajo de ella», dijo Hiebert, quien participa de los trabajos de restauración del Santo Sepulcro, todo queda registrado ante las cámaras del canal National Geographic.
El sitio del canal recuerda que según la tradición cristiana, el cuerpo de Jesucristo fue colocado en un nicho excavado en la ladera de una cueva de piedra caliza después de su crucifixión por los romanos en el año 30 o 33. La creencia cristiana dice que Cristo resucitó después de la muerte, y que las mujeres que fueron a ungir su cuerpo tres días después del entierro informaron que no encontraron restos.
El lugar de la sepultura está ahora cerrado por una pequeña estructura conocida como Edículo, que se reconstruyó por última vez en 1808-1810 después de ser destruida en un incendio.
El Edículo y la tumba interior se encuentran actualmente en proceso de restauración por un equipo de científicos de la Universidad Técnica Nacional de Atenas, bajo la dirección de Antonia Moropoulou.
Según la expectativa de los investigadores, un análisis de la roca original puede ayudar a comprender mejor no sólo la forma original de la cámara de la tumba, sino también cómo ha evolucionado como el punto focal de veneración desde que fue identificado por primera vez por Helena, madre del emperador romano Constantino, en el año 326.
La lucha de las creencias
Los ortodoxos griegos, la Iglesia católica y las autoridades armenias son los responsables de administrar y cuidar el recinto.
Y las relaciones entre ellos no han sido buenas. En 2008, una discusión entre los sacerdotes ortodoxos y los monjes armenios escaló a niveles de pelea.
Sin embargo, después de que las autoridades israelíes señalaran que el templo, de casi 1.000 años de antigüedad y ubicado en la Ciudad Vieja de Jerusalén, era inseguro y lo cerrara por varios días, comenzaron a trabajar juntos en la restauración.
«Decidimos de manera conjunta que la intervención era necesaria», dijo Samuel Aghoyan, líder de la iglesia armenia.
Fuentes de información : CNN, BBC,